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Manolo Flores

El Gran Capitán

Manuel Flores Sánchez, conocido como "Manolo Flores", ex jugador del FC Barcelona y entrenador de baloncesto español. Nacido el 23 de julio de 1951 en Mérida (Extremadura), de donde viene con su familia a Catalunya con 5 años de edad, primero recala con sus padres en Vilanova i la Geltrú, y en 1960 se trasladan a Almeda, como tantas otras familias, venidas de todas las partes del territorio español se instalan en este pequeño barrio marginal de Cornellà, y ocupan uno de los 140 pisos construidos por el Ministerio de la vivienda, situado en la Calle León XIII. En Almeda su padre Lorenzo Flores, (al que recocemos su compromiso y trabajo, en unos años difíciles, para mejorar las condiciones de vida del barrio), se emplearía en la ya desaparecida fábrica Pirelli Moltex.

Manuel Campo Vidal, amigo de Manolo desde la infancia y juventud, con el que compartió pupitre en el Colegio Nacional Dolores Almeda, en la clase de Don Valentín en el transcurso de la enseñanza Primaria, Campo recuerda aquellos años en el libro que escribió para rendirle homenaje, que lleva por título: ¡La fuerza del Basket!.


Debía ser a finales del 64, inmediatamente después de las Olimpiadas de Tokyo, cuando los seminaristas que venían los fines de semanas por el barrio Almeda de Cornellà, organizaron unas Olimpiadas para nosotros.
Durante un par de días chicos y chicas corrimos y saltamos emulando a blancos y negros como los que acababan de subir al pódium en la capital japonesa.

No éramos malos atletas aunque si improvisados.
Algunos destacábamos incluso en las competiciones escolares de Hospitalet y Cornellà, pero en Almeda salvo pequeñas excepciones no hubo color; los hermanos Flores arrasaron en casi todas las pruebas Manolo dejó constancia inmediatamente de que tenia condiciones poco comunes para el deporte. Pero su hermana Nati dos años más joven se impuso también en todas las pruebas, por encima incluso de las chicas mayores, como consta en el periodiquillo que escribíamos y editábamos nosotros mismos en la Parroquia, con una vieja máquina ciclostil. Los hermanos Flores ganaron la copa de madera que estaba en juego. Pero por aquella época, el que sería años después capitán del primer equipo de baloncesto del F.C. Barcelona —aunque ya había cumplido trece años aquel mismo verano no había visto nunca un aro de baloncesto, sencillamente porque no había ninguno en el barrio.

Desde principios del 60, cuando la mayor parte de chavales llegamos allí, habíamos jugado al fútbol saltando de un solar a otro cada vez que comenzaban las obras de una fábrica nueva; algo más tarde llegamos a improvisar en los patios del colegio un campo de tenis con una cuerda como red, con interminables discusiones sobre si la pelota había pasado por encima o por debajo.



En aquel tiempo el régimen lanzo la campaña “contamos contigo” para hacer deporte que se repetía constantemente por la Televisión.

Pero paso el tiempo y para nosotros todo seguía igual; agotamos todos los solares del barrio donde jugar a fútbol, solo podíamos jugar una especie de forzado fútbol-sala en los patios del Colegio del que ya íbamos saliendo, y llegábamos a una conclusión contundente; no contaban con nosotros.


A partir de esa convención, el proceso de dispersión del grupo natural del que formaba parte Flores se acelero; el tiempo dedicado hasta entonces a hacer deporte por libre, pero intensamente, se lo llevaron los estudios en algunos casos, la necesidad de trabajar al mismo tiempo que se estudiaba, el baile los domingos y la misma situación urbanística del barrio que logró superarse mediante largos y duros conflictos.

Solo Manolo, que era el que al fin y al cabo tenía más facultades para el deporte, se rebeló contra la situación y se propuso que contaran con él.

No se sabe exactamente cuál fue el camino para empezar, aunque si se supone cual fue el motor que lo impulsó a desaparecer del barrio como si se lo hubiera tragado la tierra; su inmensa vocación. Cuando a la vuelta del trabajo, de los institutos o del cine preguntábamos por él, su familia decía que estaba en Hospitalet jugando al Baloncesto. Cuando años después lo veíamos por Televisión jugando ya con la selección Española – la verdad es que durante largos años solo supimos en Almeda de él por los periódicos y por su familia, como si lo hubiera fichado el Banco di Roma – todo el mundo se preguntaba qué misterioso día tomó, sin decírselo a nadie, la decisión de desafiar por su cuenta el famoso eslogan de Samaranch “Contamos Contigo” nadie de los que fuimos con él al colegio, o de colonias de verano y ni siquiera los perseguidores de sus tres guapas hermanas, podíamos situar el momento en que Manolo decidió coger la vía férrea que llevaba hasta Hospitalet y empezar allí a tirar a la canasta de baloncesto que en su barrio nunca conoció; porque cuando se construyó el polideportivo de Almeda, el ya jugaba en Primera División.

Lo cierto es que Manolo Flores desapareció un día del Barrio y volvimos a saber de el cuando era un campeón, si se exceptúa la crónica ilusionada de las hazañas que su padre nos relataba a menudo a los que sabía que, aunque a la distancia, seguíamos su trayectoria y habíamos apostado desde el principio por él.


Los Inicios

Sus primeros contactos con el Basket se dan, en la Academia Almi de l’Hospitalet, lugar a donde se desplaza para continuar sus estudios, pero no fueron más que eso: unos primeros pasos. porque donde en realidad puede decirse que se inició de manera seria y formal fue en el Hospitalet en 1966, tenía entonces 15 años, y ya entrenaba con el primer equipo, no solo eso pues su entrenador se lo llevó a Zaragoza a disputar la promoción de ascenso a Primera División, objetivo que consiguieron tras proclamarse campeones de Segunda. Su entrenador confiaba en las posibilidades de aquel joven jugador y lo alineó en todos los partidos. Con su 1,90 jugó como pívot, en aquellos años eran contados los pívots que llegaban a los 2 metros de altura.
En 1969 Manolo Flores jugaba su primera Liga nacional en la máxima División, vistiendo los colores del español.

F. C. Barcelona la ilusión cumplida

Javier Añúa, entrenador del Barça, bien al corriente de los valores con futuro, recomendó el fichaje de Manolo Flores, que se convirtió en azulgrana a partir de1970.

Acepté - encantado porque veía en aquel fichaje la realización de un viejo sueño. Y ese sueño iba a durar nada menos que catorce años. Recuerdo que en mi primera temporada encontré en el equipo a Lluís Costa, Mansueto Camps, Aito” García Reneses, Marros, Javier Sanjuán y Carmichael, que había fichado aquel mismo año.

Como jugador del Barca, conseguiría: seis títulos de Copa y dos de Liga: subcampeón de Copa Korac, Recopa.
Su calidad le llevó a jugar un total de 128 partidos oficiales con la Selección Nacional de baloncesto de España, participó en la consecución de la medalla de plata conseguida por la selección en el Eurobasket de Barcelona de 1973. También jugó en una ocasión con la Selección Europea.
Manolo Flores, hizo historia ayudando al equipo de baloncesto a levantar el primer título europeo de su historia. Fue la Recopa de Europa de la temporada 1984-85 contra el Zalgiris Kaunas, en un partido disputado en la ciudad suiza de Grenoble.

En el capítulo de satisfacciones defendiendo los colores blaugrana


Resalta Flores:
Ante todo, el honor de haber sido capitán durante-nueve años y de haber sido yo quien mostrase en alto las copas y trofeos ganados, que fueron muchos. Otro honor: el haber ocupado un puesto en la Selección de Europa, en 1976, junto a Corbalán y Rullán.

Estuvo considerado uno de los mejores jugadores españoles de los años 70. Jugaba de alero y destacaba por su rapidez en el contraataque, buen tiro exterior y, sobre todo, por su gran personalidad en el campo. Su capacidad de liderazgo le llevó a ser el capitán del FC Barcelona durante la segunda mitad de los años 70 hasta su retirada, al finalizar la temporada 1983-1984.

Manolo Flores el Gran Capitán

Catorce años como figura estelar del F. C. Barcelona, de cuyos seguidores acabaría erigiéndose en verdadero ídolo y 128 entorchados internacionales ganados como seleccionado español a lo largo de diez años constituyen, sin duda, razones más que sobradas para otorgarle a Manolo Flores el derecho de ver inscrito su nombre en el capítulo de legendarios del básquet español. Otras circunstancias de signo personal, a mayor abundamiento, podrían sumarse a sus merecimientos estrictamente deportivos su seriedad, su recto sentido de la disciplina, su señorío dentro y fuera de la pista y, en fin, la suma de virtudes humanas que acabarían definiéndole como un ejemplo de caballero deportista.

Homenaje a un buen jugador y una gran persona.

Cuando el 28 de mayo de 1983 (comentaba Manuel Campo Vidal), volvimos a encontrarnos en el barrio Almeda para ofrecerle un homenaje en el que desfilaron todos los viejos amigos – y los nuevos de Manolo, incluido los seminaristas que organizaron aquella primitiva olimpiada en el barrio, me pareció comprender que no solo Flores había desaparecido de allí a finales de los sesenta.
En su homenaje de Almeda, Flores recordaba ante todos, burlándose un poco de si mismo, que cuando por las noches regresaba al barrio desde Hospitalet, andando por la vía porque el último tren pasaba antes de que terminara el entrenamiento, cruzaba corriendo una zona de cañas que el viento movía extrañamente, produciendo la sensación de que alguien le acechaba desde allí.

El homenaje de sus viejos amigos del barrio, precedió al “gran homenaje” que le tributo a Flores, toda la afición blaugrana y todos los medios deportivos en un acto multitudinario en septiembre de 1984, donde jugó su último partido contra el Banco di Roma en Palau Blaugrana, un encuentro que gano el Barcelona en un atractivo partido en el que Flores anoto la primera canasta. Se cerraba así, de una manera brillante el ciclo de este extraordinario jugador de basqket, que pasará a la historia como uno de los grandes capitanes del FC Barcelona.

En 1984, retirado ya como jugador, inicia su carrera de entrenador, que le ha llevado a dirigir al primer equipo del FC Barcelona en diversas ocasiones, club con el que siempre ha estado vinculado. En su primera temporada como técnico del Barcelona conquistó la Recopa de Europa de Baloncesto y el Mundial de Clubs de Baloncesto. Posteriormente ha dirigido a otros conjuntos como el Cáceres CB, con el que llegó a ser subcampeón de la Copa del Rey.


Manolo Flores
, actualmente es adjunto a la Secretaria Técnica del FC Barcelona, lleva un seguimiento de los jóvenes con posibilidades de jugar en el primer equipo y que se preparan en un equipo filial, como es el Cornellá, también hace de ojeador, vigilando la trayectoria de jugadores que podrían ser futuros fichajes del FC Barcelona.


Documentación
La Fuerza del Basket (Manuel Campo Vidal)
Hemeroteca del Mundo Deportivo.
Entrevista a Manolo Flores en RTVE.es


Andrés Sánchez Vega